21 febrero 2009

pluma y papel

Tengo ganas de ser Shakespeare, o más que todo, encontrar MI Shakespeare. Que me escriba sonetos, que sea un poeta, un apasionado sin control... pero al mismo tiempo que sea mi Romeo. Que aparte de lo demás, sea romántico, y que realmente esté enamorado, y quemado por un fuego sin control. Que espere en mi balcón para poder hablar tan solo unos minutos conmigo, que espere para poder mirarme a los ojos, que espere para verme, y que yo ansíe que él me espere.
Que diga que ve el Oriente, y que yo soy el sol. Que diga que es juguete del destino y que por mi cambiaría su nombre. Que me susurre prosa al oído, y que escriba una obra para mí. Que sea poeta, y yo su inspiración...

"Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado."

Quiero que me haga llorar, llorar por amor como una adicta al dolor, que me haga llorar cuando no esté con él, que me duela cada noche su despedida. Que arda, que arda de amor, que arda yo en su dolor, y que él se funda con el mío. Quiero sufrir como condenada, pero sufrir por la razón correcta: por amor. No por un capricho más grande que el mismo Sol. Sufrir como es debido y que él sufra conmigo. Dos masoquistas entregados en pensamiento y acción, en duelo... y en amor.
Amor. No amor puro, no amor real. Simplemente Amor. Amor tal como es, amor sin rebundancias, amor porque sí, amor porque decir amor sin fronteras, es como decir que no se sufre al amar... Y si tengo la suerte de tener tu amor, te aseguro que el amor podría ser amor puro. Te lo juro, te lo ruego, que el amor sea sincero. Otra rebundancia a un sentir, no al nuestro, porque para nuestro amor no existe la frontera, no existe rebundancia o exageración, no existe constelación en el espacio, si no es de mi, por encontrarme en tus brazos. Que el amor no quede grande en nosotros, porque nustras almas inconformes nos piden más. Nos piden y nos mandan a callar. Nos piden a gritos mudos; besos. Nos mandan a hacer del amor algo más que amor, nos mandan algo imposible, nos mandan algo que ya hicimos. ¿Es que se puede más que amar? mi cabeza piensa un no, sabiendo que mi corazón ha encontrado el sí.
Tú mi sí, yo tu son. Yo, siendo tu canción. Tú, siendo tu canción. Los dos como uno... si es que existe un "los dos". Somos uno, y cada uno es una melodía para el otro, extaciándose con lo propio. Si es que nos amamos, y seguro que así es, culpables por narcisistas somos, ¡y no me importa! No nos agravia cualquier acusación, porque nos basta con nosotros mismos apuntando nuestro corazón. Un solo corazón, encerrado en dos almas hermanas, tan hermanas como la rosa lo es de cualquier flor, más hermanas que dos amantes, y más amantes que un mismo resplandor. El resplandor del sol, mí resplandor, nuestro resplandor.
Cegados por nuestro propio amor, inválidos a los ojos de los infelices, porque nuestro dolor no está solo, sino forma parte de un amor.
Amor. Palabra repetida, palabra grosera a la hora de tener significado. No tiene nada, y a su lado se ve todo. No es de algunos, no es de pocos. No es de todos. No es de quién, no es siquiera un porqué. No es nada, no es todo. Es nosotros.
Nosotros y nada más, egoístas. Egoístas por quererse, egoísta al amarse. Y el mundo generoso, haciéndonos más díficil el amor, haciéndolo lo que es. Una aventura cada día y todos los días, algo secreto, algo inmortal a los ojos del sufrimiento. Porque no prometo amarte, no juras amarme. El mundo lo hace. El mundo lo dice cuando trata de separarnos, el mundo lo habla al no querer vernos juntos. El mundo. Si no fuera por el mundo quizá el dolor nos hubiera durado poco. No estaríamos sufriendo la eternidad, no estaríamos sufriendo días en minutos. No sufriríamos y no sabríamos que es por amar. Generosa la sociedad, que decide nuestro destino. Generosas almas, fingiendo celos por nuestro bien. Y nosotros ciegos e ignorantes, no conocemos el significado de fingir, es por eso que creemos que el universo no nos quiere ver y nos escondemos juntos, de la mano. Entregados como carta a su destino, como el cielo al mar.
Entregados en dolor... oh, ¡qué dolor! Si esto es sufrir, mátame de una vez. Mátame con cada abrazo y con cada caricia, mata a mis labios, a mis manos y mis pupilas...


Comentario extra: Esto es solo un borrador que les quiero mostrar, no está del todo perfecto, pero por lo menos yo puedo sentir la intensidad. La verdad es que me gusta bastante. Solo hay que pulir algunas partes (entre ellas el principio). Espero que les guste y que me apollen. Si van a criticar, critica lo escrito, NO al escritor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario