26 febrero 2009

La secta de las revistas

Sigo la entrada anterior...

Casi muerta por callar...
De verdad que no me di cuenta de lo que me estaba pasando. ¡Ni siquiera lo sospechaba! Pero al darme cuenta... casi que no hice nada. Al principio, no tenía a nadie para poder hablar de las cosas que me pasaban. Después, cuando encontré a esa gente, no hablé. Y luego, cuando ya me ahogaba, y quería hablar, ser escuchada en vez de sólo escuchar, no pude. No pude porque para variar estaba escuchando a alguien más. No pude porque simplemente no encontraba la manera de hacer callar al otro... Tan solo llamaba a una persona por telefono para tener un poco de apoyo moral, por cortesía preguntaba: ¿cómo estás? Y resultaba que esa persona también estaba mal. Decidía contarme todo lo que le pasaba mientras yo, que trataba de hablar, terminaba escuchando. Y las únicas palabras que decía eran para hacer sentir mejor al otro. ¿qué prefería, ser escuchada y dejar de lado a mis amigos, o callarme tan solo una vez más y conservar cerca mío a la gente que quiero? Obviamente escogí la segunda.
Pero el problema radicó en que no ahogué "solo una vez más", sino una, otra, otra, y otra vez, hasta que ya llegaba a mi tope.
Al estar saturada como estoy, me pongo a pensar que quizá está bien callarse para escuchar a tus amigos. A esos seres queridos que también pasan por una mala situación. Pero... si no se puede hablar con ellos de lo que te pasa... ¿con quién si puedes?
Estoy llegando a pensar que los malditos tests de revistas tienen razón. Un hombre. Esa es la solución.
Nunca habría imaginado por mis propios medios que serí así, pero me estoy convenciendo de que incluso serí lindo y romántico. Típico de película, hasta me lo imagino a colores... creo que voy a hacer una entrada con la dramatización de lo que veo en mi mente.
Bueno, bueno. Tengo que explicar porqué las revistas ahora son semi dioses ¿no?
Lo que pasa aquí es que uno de esos test de revistas para teens, (esos que se hacen por aburrimiento, y porque aparte son entretenidos; igual que las notas de facebook) decía que el "hombre para mí" era uno que me escuchara y con el que pudiera hablar, que fuera como mi amigo. ¿Y por qué le creí? Porque otro test mismo predijo que yo era la típica amiga que siempre está ahí, y escucha, y ayuda... y el mismo maldito test me dijo "habla, tú también haste escuchar"...
Es raro, porque yo siempre me hago escuchar... o eso pensaba antes.
Yo soy la típica luchadora por los derechos de la gente. Protesto, hablo, grito, chillo, pataleo hasta que me escuchen. Tengo mis ideas bien claras, y las grito al mundo. Con buenos argumentos y teniendo una sólida base de conceptos obviamente... jeje, bueno, volvamos a lo otro.

Ese test, que hice y me dijo que hablara... curiosamente tuvo razón. Y ahí es cuando me pregunté ¿y por qué este otro, no puede tener razón? Lo pensé, y me dí cuenta que probablemente sí la tenía. Era tan lógico ahora... Yo, necesitando a alguien que me escuche y a un hombre para querer. El, un hombre que me quiere, y me escucha. Yo feliz, él feliz, ¡todos felices! ¿Por qué no? Sería de lo mejor... y ahí fue cuando soñé esa película en mi cabeza... lo más chistoso, y al mismo tiempo lindo, es que yo era la protagonista. ¡Sí! Yo, él... y todo lindo...
Siguen en la próxima entrada

1 comentario: