29 junio 2009

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Se sentaron uno al lado del otro, muy juntos y pegados, disimulándo todo con el frío. Ella apoyó la cabeza en su hombro, y por un momento cerró sus ojos. Sintío como el fuego ardía al frente suyo, y luego escuchó sus latidos, uno, dos... Abrió sus ojos nuevamente, y lo vio: sereno, quieto, feliz pero algo preocupado. El se percató que lo miraba y giró su cara hacia la de ella. Ella le sonrío, como diciéndole "relájate", luego de devolverle el gesto, se giró, y comenzó a ver el fuego, con una mirada profunda, casi debastadora pensó ella. De repente le dieron una ganas incontrolables de abrazarlo, e imaginó como sentía su piel de papel, suave, frágil y delgada, pero al mismo tiempo fuerte, y atrayente. Cómo le atraía aquella piel... aquellos ojos, aquellos brazos... aquellas manos que siempre rozaban las suyas por casualidad..
Se dio cuenta de que tenía los ojos fuertemente cerrados, y que una gran sonrisa tensaba sus músculos, luego vio como él volteaba para mirarla, y abrazó el brazo que acompañaba al suyo. Lentamente, y al mismo tiempo agradado, su cara denotó sorpresa, luego acercó su cara a la de ella y posó su nariz contra su frente, ella alzó la vista, y con eso su cara. Quedaron nariz con nariz, aliento con aliento, y cada suspiro oía a su compañero. Se miraron por unos instantes que parecían eternos, ya no existía el tiempo, no había nada que no fueran los ojos de la persona que tenían enfrente, y sin importar que allí habían 100 personas más... se besaron...






Luego despertó, lagrimeando y con la respiración acelerada. Le dolía el pecho, y tenía la impresión de que era su corazón. Puso su mano latente, y escuchó... Bum bum, bum bum...
Se sentó y apoyó su cara entre las rodillas, llorando, desesperada, porque nunca se atrevería a soñar despierta, con él, a su lado y de verdad. Aguantó el aliento un instante, y luego soyosó... ya no existía el tiempo, no había nada que no fueran las lágrimas que abrazaban su rostro...

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