a scuola nuovamente

E sì, a scuola nuovamente... (y sí, al colegio nuevamente)

Hoy fue el primer día de clases del 2009. La verdad es que se siente un poco extraño estar en esta Scuola nuova. Gigante, enorme, inmensa, sin el famoso "pastito"...

Eso es lo que extraño de la vieja scuola. El pasto sintético del patio. Era rico sentarse en los recreos a hacer nada, y jugar con las "hormiguitas saltarinas" (o pulguitas). Le hace falta algo así a la Scuola nuova. Es como muy cementosa. No me gusta ni eso, ni las sillas nuevas. Porque no se pueden deslizar. Jeje... Pero, lo demás es increíble. Todo imponente, lleno de tecnología. Laboratorios y salas de talleres por doquier... y para qué hablar de la parte deportiva. Cinco multicanchas. De tennis, basquet... hasta para volley sirven. Y la cancha. Uuuh, la bendita cancha. Es gigante y hermosa. La ADORO. ¡Hasta me sirve para practicar hockey!
Y hay muchas, muchas cosas que son mejores que en la otra scuola. Para que decirlas todas, ¡sería casi que interminable! Pero si hay algo que resaltar, son los colores. ¡Sí! Ya no hay más salas color vomito158, o murallas tono podredumbre47. No, ahora, (a pesar de todo el cemento) hay toques de madera (cosa nunca antes vista por la vieja scuola), murallas blancas y limpias (esperemos que duren así), un poco de rojo en las salas, e... ¿índigo, calipso? para los baños. Se ven bien lindos la verdad. ¡Aparte que ahora no hay bolas de confort en el techo! Era asqueroso el baño de mujeres en el piso de media inferior. Y el de abajo... siempre olía asqueroso en las mañanas. Es un misterio que nunca descifraremos el porqué siempre apestaba a la misma hora. Y... esas cosas freaks son las que más se extrañarán.
Las mañas de cada puerta, el quiosco "flyte" del amor (porque estaba entero rallado con "paula y juanito" para los no conocientes del tema), los aros mutantes de basquet, el fierro 100% rompible de las pizarras (o solo de la nuestra), y así miles de pequeños detallitos.
La verdad es que la scuola vieja siempre va a ser recordada por todos los que la pisaron. Es imposíble olvidarse de ella. Imposible olvidarse de la scuola, de sus míticos profes e inpectoras, de sus salas, de sus muy congestionadas escaleras y sus tacos, del "plumavit" de los asientos del patio (y de las murallas), etc...
Así son las cosas. Nos aferramos a nuestros recuerdos aunque estén vinculados a cosas desagradables, asquerosas, o quizá no muy modernas.
Así somos los humanos. Y espero que siempre sea así. Yo personalmente nunca podría olvidarme de las millones de enbarradas que nos mandamos. No podría olvidar cuando estuvimos en clases por más de una semana con olor a jurel en tarro y pegamento. Todo el colegio estaba pasado a nuestro "pequeño experimento culinario". Y era desagradable, muuuy desagradable. Pero igual me reí, e igual me sigo riéndo cada vez que me acuerdo. También me acuerdo que la "Nina" (una de nuestras inspectoras) tuvo que ir al hospital por INTOXICACION gracias al famoso pescadito.
y como olvidar la legendaria última "Settimana della Scuola". Perdimos.
Nos ganaron los séptimos. Y nosotros los muy patéticos igual estabamos felices.
"¡Ay, dá lo mismo! Si total ahora se van a acordar de nosotros. Porque perdimos en octavo. ¡Es legendario!"
Sí, estabamos felices porque lo pasamos GENIAL. Por lo menos yo y... todo el nivel. Haciéndo la presentación 5 segundos antes de que nos tocara y pintando telones minutos antes de. Haciendo el rídiculo y estresándonos.
"¿Hay cachao que somo secos pa' improvisar?"
Y gritando. Es chistoso acordarse de las voces de todos una semana después. Lo pasamos bien.

Una cosa que me gustaba mucho del colegio viejo, (a mi) era la sala de arte. Era hermosa, yo la amaba. Era como súper única. Todos los muebles pintados, las murallas con mosaicos, y las sillas llenas de recortes. Era una sala que inspiraba. Por lo menos a mi que me gusta el arte. Original y "bakán" al cien por ciento...

La scuola somos nosotros, y lo que hacemos con ella. No importa si las murallas parecen vómito, o mármol. No importa si la sala de arte es arcaica y original, o moderna y clínica.