02 abril 2009

Bi

Esa fue la primer vez que escribí para tí, esta es la segunda.
Ese día fue el primero en que no pude dejar de pensar en tí.

Esa tarde, otra tarde, fue la primera duda, la primera inseguridad que rondaba mi cerebro...

Nunca fui muy aficionada a los egipcios, sé que son importantísimos en la historia de la humanidad, y que eran admirables en mucho sentidos, pero yo simplemente no les hayaba la gracia.
Este año en Storia (historia en italiano), vimos un video de esta gran "civiltà afluviale", y aunque cada vez que veíamos un pedazo yo me moría de sueño, era interesante. Bastante. Pero no al punto de fascinarme como yo tengo la capacidad de hacerlo.
Después, en los últimos minutos del video, empezé realmente a sorprenderme.
Los egipcios prestaban una gran importancia a un organo en especial del cuerpo, al corazón.
Pensaban que este peculiar y tan escrito organo, no solo tenía que ver con las emociones como todos lo relacionan. No, ellos atribuían los pensamientos, la inteligencia, las emociones, sentimientos, la lógica, el razonamiento y muchas otras cosas más al corazón. El cerebro no era el pensante, lo era el corazón.
Es... no sé...los razonamientos y explicaciones sobre lo que pienso de esto están demás. Esto se explica solo, habla de por sí...

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Ultimamente, siempre que estás mal, termino sintiendome bien yo.
No es porque me guste verte sufrir, al contrario, lo odio porque te quiero mucho. Pero al aconsejarte me siento... no sé, inspirada. Como toda una psicóloga experta, y es realmente (al menos para mí) increíble que todas esas palabras y filosofadas nascan así como así tan rápido y espontaneamente. La verdad me siento bien y orgullosa, el ego que nunca he tenido realmente se me asoma, porque no tengo a nadie más que me lo reconozca.
Sí, claro que me dices que te ayudo y que hago que te sientas mejor, pero es eso una vez y te quiero mucho; yo también, pero realmente nunca me siento reconocida por esas pocas cosas, almenos no contigo. No en esto, no esta vez ni otra. quizá es egoísta o malpensado ponerlo así, pero así me siento.
Lo de los celos es otra cosa. Por tan solo un instante me sentí un poco herida (más que sentirse celosa diría yo), o quizá más que un poco herida. Me dolió pensar que me estabas "cambiando", y me dolió el hecho de que llegara a pensarlo. Por mí conoces a mi objeto de celos, por mí empezó todo eso. Por ambos lados tengo personas que adoro y que quiero muchísimo.Pero aún así dolió.
Sí, tal vez es un tiempito, al igual que cada frase para mílo fue, pero aún así es inebitable pensar lo inebitable. Es parte de la naturaleza humana. Así que supongo que está bien.
Ahora al menos sé que soy humana...

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