14 diciembre 2009

You can't brake a broken heart.

Es raro pensar cómo acabó todo. Cómo acabó sin siquiera haber empezado. Después de casi tres años en silencio, soñando y olvidando, despertando y volviendo a dormir.
Seguí tratando de olvidar, varias veces. Lo pensé y re-pensé, y terminaba cada vez peor. Cada vez la agonía parecía más grave y más rídicula, más minúscula, obstinada. Supongo que así es el amor.
Amor. Qué palabra. Ahí es donde se puede ver el avance de cada pensamiento y emoción.
Al principio era un capricho, nada más que algo infantil y pasajero. Luego volvió. Volvió cómo lluvia tormentosa mojándome de la cabeza a los pies. Volvió como lluvia de pocos minutos, pero que aún así tarda en secarse en la ropa, que vuelve copiosa en invierno... y así volvió otra vez, como lluvia en invierno.
Es extraño pensar que nunca pasó nada. Nada concreto, o real para las otras personas. Porque sigo creyendo que para mí fue real. Quizá para él también, pero supongo que nunca lo voy a saber con certeza.
Eran esos pequeños gestos, o más que gestos palabras. Miradas. Eran esas cosas que de vez en cuando él hacía cuando estaba conmigo. Solos los dos, y ese era el problema.
A pesar de que sus señas llegaban en los momentos justos (cuando yo ya perdía la esperanza, cuando empezaba a pensar que estaba equivocada al creer que le gustaba), parecía que estas las hacía otra persona distinta. No era el mismo con todos que conmigo... o esa era al menos la idea que yo tenía.
Parecía dos personas en una, y yo empezaba a dudar. Empezé a percatarme de cosas que no me gustaban de él, que inclusive ODIABA. Pero aún así lo seguía queriendo. Sí, lo seguía queriendo, porque todavía creía y añoraba a esa persona que yo sabía que en el fondo era. Yo sabía que seguía ahí, y que la escondía para que los demás no la vieran.
Pero yo veía a esa persona. La veía cada vez que él dejaba un pequeño agujero por el cuál mirar.
El decía esas cosas que a veces me dejaban un poco en shock, sin saber qué decir, o si decir algo. Cuando decía esas cosas me ponía un poco... incómoda, pero después de un rato, cuando él ya no estaba, sonreía. Sonreía y soñaba con todas esas cosas que quería y no quería que pasaran al mismo tiempo, sabiendo que era algo imposible, pero casi una verdad que sucedía (o podría).
Ahora veo la inconsistencia de todo. Creo que siempre la ví, pero no le hice caso, o al menos eso era la mayoría del tiempo. Cuando la miraba a los ojos era cuando las penas se apoderaban de mí, era cuando lloraba casi sin darme cuenta porqué, y sin quererlo, pronunciaba su nombre.
Tenía razón al pensar que era posible (porque lo era, sigo creyendo que le gusté), pero no tenía razón para hacerme la tonta. Aunque era posible, sabía que no iba a pasar. Y así eran y son las cosas.
Lo dije ese día, y hoy lo re-afirmo (porque... ahora veo esa foto, y casi me arrepiento de dar un fin a todo): se acabó. No puedo seguir así, y parece que él está bien y feliz como está. Parece que ahora ni se acuerda de mi, ¿no?.
Y es definitivo cuando digo, que no voy a entrar en el "I wonder" de siempre.

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